Noticia del Periódico de Aragon (25/09/2016):

La soledad, llegados a una edad, se convierte en el peor enemigo de muchas personas mayores que, sin familia, se aíslan del mundo que les rodea. Para evitar que esa situación se enquiste, la asociación Seniors en Red, que nació hace cinco meses, cuenta con un grupo de 50 voluntarios que, a lo largo de la semana, dedican unas horas de su tiempo a estar con estos ancianos en las residencias y centros. «Las circunstancias sociales han cambiado, la longevidad ha crecido, y también se da un cambio familiar en el que los hijos, por cuestiones laborales, no pueden cuidar de sus padres», explica Rosa Plantagenet-Whyte, presidenta de Seniors en Red.

Llega un momento en el que estas personas se aislan y les cuesta salir a la calle. «El 40% de los mayores de 80 años viven solos. Las barreras son más altas y cada día que pasa se agranda el problema», añade Plantagenet-Whyte. Seniors en Red mantiene colaboración con la Fundación Rey Ardid, Federico Ozanam, la Asociación de Centros de Asistencia y Servicios de Sociales de Aragón (Acassa) y la Asociación Aragonesa para la Dependencia (Arade). Estas entidades identifican en sus residencias a aquellos mayores más necesitados como beneficiarios de estas labores voluntarias de acompañamiento y, acto seguido, Seniors en Red se pone manos a la obra. «Todo el mundo puede colaborar y nos gustaría contar con gente joven. De hecho, vamos a firmar un convenio con la Universidad de Zaragoza para que los alumnos puedan participar y, a cambio, se les dará créditos de libre elección», explica la presidenta.

Paseos, juegos de cartas o de ajedrez, tomar un chocolate con churros o simplemente escuchar. El tiempo que dedican los voluntarios se puede invertir en cualquier cosa. «La sociedad no se puede permitir el lujo de desperdiciar ni a los mayores ni a esas personas que, aunque ya estén jubiladas, pueden seguir aportando», añade Plantagenet-Whyte.

NADIE SIN COMPAÑÍA

«Nadie debe sentirse solo. Estamos en una sociedad que avanza a grandes velocidades y debemos tener en cuenta que nuestros padres y abuelos fueron quienes, en parte, la construyeron», reflexiona. «Es realmente duro ver que se quedan solos. Están muy bien atendidos, pero hay historias que no son fáciles», cuenta uno de los voluntarios, que acude una vez a la semana a la residencia ubicada en las esquinas del Psiquiátrico. «Visito a dos personas. Algunos días paseamos por el parque, otras veces hemos ido hasta el Pilar. Lo fundamental es dar un poco de amor a nuestros mayores, que lo agradecen», asegura.

Este colaborador apunta que la hora y media que pasa con estas personas es «gratificante porque sientes que estas ayudando a algo bueno», pero matiza que «no se puede establecer una relación muy estrecha, sino basarse en la compañía», dice. «Tienen cierta lucidez, pero a veces también se desorientan. Ellos, cuando te ven, sienten que eres como un amigo con el que vas a salir a la calle, aunque no sepan ni tu nombre ni cuál es tu función», explica el voluntario. Por otro lado, las nuevas tecnologías son un pilar básico para la asociación Seniors en Red. Los voluntarios cuentan en su teléfono móvil con una aplicación que les mantiene conectados y, a través de ella, se realiza un seguimiento de la actividad que realizan y un control de recursos del grupo.